Te echamos de menos, Tati

Nos dejaste el pasado 23 de diciembre. Tenías once años. Venías al Centre Obert desde los 5. Y aunque la pérdida siempre sea dolorosa, con tu edad nos resulta simplemente insoportable. Por inesperada y por injusta.

Este escrito nace de la voluntad de todo el equip del Centre Sant Jaume de despedirnos de ti, Tati, pero también de la necesidad más visceral de romper el silencio y de gritar bien fuerte que no estamos bien, que estamos enfadadas con la vida, que nos faltas.

Afrontar el duelo con tus compañeros y compañeras del Centre Oberto no está siendo nada fácil. Explicarles que ya no estás y que no volverás a estar. Así de crudo. Y de irrevocable.

Durante semanas, tus amigos y amigas han ido poniéndole palabras a todos los sentimientos que nos provoca tu ausencia a través de un mural precioso que puedes leer un poco más arriba. Hoy nos detenemos a mirar cada frase y nos atrevemos a navegar por algunos de los sentimientos que nos despierta tu marcha. La “tristeza”. La “frustración”. La “decepción”. La “impotencia”. El “miedo” y los “nervios” de Paula. El estado de “shock” en el que se quedan Kimberly y Yuli.

Desde las amigas que te dan las gracias "por ser tan buena compañera” y “por los abrazos”, hasta los amigos que te piden perdón por haber pasado más tiempo contigo. 

Tienes compañeros que se quedan “con muchas preguntas”, otros que no pueden dormir, que sufren pesadillas, que no consiguen entenderlo...

Alguien escribe que tiene “ganas de llorar”, así que nos paramos un momento para llorarte juntas, porque “te echamos de menos”, porque “eres mi mejor amiga”, porque “nos lo pasamos chachi contigo”, porque “te queremos”.

Entre tantas palabras y recuerdos, leemos algunos deseos que se repiten a lo largo de todo este mural de las emociones: “descansa en paz”, “vuela alto”, “se feliz”. Y en el centro de todo, Tati, una verdad poderosa: “El Centre Sant Jaume te quiere con todo el corazón”.

Gracias por todo este tiempo vivido contigo.